La semilla: germinando nuevos desafíos

Se realizó el primer Congreso Argentino de Semillas. Durante el encuentro se debatió sobre calidad, sanidad, seguridad alimentaria y marco regulatorio. El rol de la tecnología

La semilla se convirtió en la protagonista y durante dos días destacados profesionales nacionales e internacionales expusieron las últimas novedades y compartieron sus saberes sobre la calidad de las semillas, sanidad y la seguridad alimentaria, genética, producción, aplicación de innovaciones tecnológicas, y desafíos presentes y futuros en el marco legal y regulatorio para la semilla. La tecnología como la gran aliada de estos tiempos.

El 1º Congreso Argentino de Semillas —organizado por la Asociación de Laboratorios de Agropecuarios Privados (Alap) y coorganizado por la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba— reunió vitualmente a toda la comunidad relacionada a la ciencia agropecuaria, investigadores, agrónomos, estudiantes, empresas y productores en un solo lugar.

Durante la apertura del encuentro, la presidenta del Primer Congreso Argentino de Semillas, Mercedes Scandiani, remarcó que durante el evento se buscó “comunicar, construir puentes entre quienes a través de la investigación generan conocimiento y quienes necesitan y son usuarios de esa información generada”.

“Los principales objetivos de este Congreso son compartir los trabajos que están realizando los investigadores, descubrir aquellas cosas que se están haciendo bien y aquellas que requieren ser revisadas, y visibilizar las necesidades de los distintos sectores del mundo semillas”, resaltó.

El decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC) Juan Conrero; el presidente de la Asociación Internacional de Análisis de Semillas (ISTA por sus siglas en inglés), Steve Jones, y el secretario general Andreas Wais participaron en el inicio dando la bienvenida. También, el presidente de Alap, Julián García. Todos recordaron que en este 2020 el Congreso se suma a la iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) al adherirse al Año Internacional de la Sanidad Vegetal.

La conferencia inaugural estuvo a cargo de ernando Andrade, quien habló sobre “Los desafíos de la agricultura” y puso a la tecnología como la gran aliada de estos tiempos.

En ese sentido aseguró que si bien “los logros de la agricultura a lo largo de los siglos han sido prodigiosos y dignos de ser reconocidos, el aumento de producción se lo asocia con la degradación del ambiente”, por lo que cree necesario “romper esta asociación. El especialista señaló que habrá que “satisfacer las futuras demandas de productos agrícolas, reduciendo a la vez el impacto ambiental”, teniendo en cuenta que para el 2050 aumentará el 47% la cantidad de kilos cultivos para consumo directo y de animales.

“Fue aumentando la producción de cereales y paralelamente se da un aumento del impacto ambiental y el gran desafío es satisfacer futuras demandas y desacoplar el impacto ambiental”, señaló ante la mayor demanda de calorías a nivel mundial y en ese sentido dijo que “podemos moderar la demanda y reducir perdidas y desperdicios”.

Ante este desafío, Andrade planteó que “las estrategias se centran en aquellas que resultan en incrementos de rendimiento por unidad de superficie y de tiempo, utilizando las tecnologías que tienden a mayor productividad de los recursos e insumos disponibles y menor impacto ambiental. Entre estas se destacan las tecnologías de procesos basados en el conocimiento del funcionamiento de los cultivos y del ambiente”.

“Antes se hablaba de que intensificación era contra la sostenibilidad, pero no”, apuntó y destacó el rol de la tecnología en ese sentido el especialista del Inta que pronto lanzará un nuevo libro sobre “Los desafíos de la agricultura”.

Hongos patógenos

En la conferencia plenaria con Marcelo Carmona se trató el “impacto y consecuencias de la resistencia a fungicidas de hongos patógenos de semilla”.

“Muy pocas veces se ha relacionado a las consecuencias del origen de la resistencia con el rol de la semilla infectada, a pesar de que se sepa que la semilla constituye el agente más eficiente de diseminación y supervivencia de los patógenos”, sostuvo Carmona.

Asimismo, advirtió que una semilla enferma es capaz de introducir una cepa resistente que antes no estaba en un lote; que una vez confirmada la resistencia a un fungicida de un patógeno foliar que infecta también a la semilla, este insumo será ineficiente como tratamiento de semilla; y que se deben replantear las moléculas usadas como tratamiento de semilla y su frecuencia de uso.

Por lo tanto, el especialista presentó la necesidad de realizar una “gestión colectiva de la resistencia que considere las implicancias del rol epidemiológico de la semilla infectada”.

Sanidad

Con una variedad de disertantes, expertos, profesionales y referentes del sector expusieron bajo temas relacionados a sanidad y la seguridad alimentaria; desafíos presentes y futuros en el marco legal y regulatorio; aspectos relacionados al comercio de semillas; y genética en semillas, desafíos para el análisis de la nueva generación de semillas mejoradas.

Marta Astiz Gassó mostró la re-emergencia de Ustilago nuda (Carbón volador) en trigo y cebada, una enfermedad transmitida por la semilla que afecta a la espiga y disminuye el rendimiento.

“Se considera re-emergente porque si bien no ha habido casos en los últimos 30 años, aumentó estrepitosamente su presencia desde el 2017 a la actualidad”, reveló y detalló que los márgenes de enfermedad en el campo van desde el 5 al 20%.

Es una enfermedad monocíclica, que se reproduce sexualmente lo que le permite multiplicarse y tener una variabilidad genética. Además, persiste muchos años en el embrión y se transmite por el viento, la lluvia e insectos.

Para evitar la presencia de Carbón Volador, Astiz Gassó recomendó saber si la semilla está infectada a través de análisis en laboratorios autorizados, de esa manera certificar la semilla e impedir pérdidas que puede generar la enfermedad, calculadas entre un 10 a un 20% en el campo. “Mientras que cuando son tratadas, los rendimientos suben hasta 800 kilos más por hectárea”, agregó.

Marco legal y regulatorio

El presidente del Instituto Nacional de Semillas (Inase), Joaquín Serrano, se refirió a la ley de semillas y creaciones fitogenéticas y explicó que “se sustenta en tres objetivos: promover una eficiente actividad de producción y comercialización de semillas, asegurar a los productores agropecuarios la identidad y calidad de la semilla que adquieren, y proteger la propiedad de creaciones fitogenéticas”.

Además sostuvo que “garantizar la identidad genética de las variedades producidas y comercializadas en Argentina es una de las prioridades del Inase”, y dio como ejemplo las herramientas con las que cuenta el instituto para cumplir con ese propósito.

“A través del laboratorio de marcadores moleculares el Inase hace sus primeros pasos en realizar la huella digital de las variedades inscriptas en los registros de cultivares como de propiedad de cultivares. Si bien se comenzó con soja continuaremos con otros cultivos, como así también fortaleceremos el mejoramiento genético en agricultura familiar”.

Garantizar la identidad genética de las variedades producidas y comercializadas en Argentina es una de las prioridades del Inase”

Calidad

La Cámara Argentina de Semillermos Multiplicadores (Casem) participó del 1º Congreso Argentino de Semillas y presentó la “Guía práctica para la producción de semillas con calidad superior”. El gerente de la entidad, Edgardo Motto, contó cómo se gestó el proyecto y se elaboró este manual para “mejorar, sostener e incrementar el uso de simientes de calidad” que brinda a las empresas que la utilizan “un producto diferenciado y con trazabilidad, conceptos que hoy determinan la factibilidad o no de comercializar un producto, en este caso el origen de todo como lo es la semilla”.

Durante el panel “Buenas prácticas: producción profesional de semillas” Motto habló de la labor que lleva adelante Casem que “desde hace 28 años trabaja para el desarrollo y ordenamiento de la producción de semillas en la Argentina y el perfeccionamiento profesional de los ingenieros que trabajan en empresas semilleras”.

“En ese contexto surgió desde Casem la idea de desarrollar un protocolo que sirviera a las empresas semilleras como herramienta para producir semillas de calidad. Se convocó a los ingenieros agrónomos de la estación experimental Inta Oiveros Roque Craviotto, Miriam Arango Perearnau, Carina del Valle Gallo y Luis Carrancio para el desarrollo de esta tarea. Los profesionales pusieron su sello de calidad elaborando una guía que posibilita profesionalizar la actividad”, relató Motto durante el encuentro organizado por la Asociación de Laboratorios de Agropecuarios Privados (Alap) y coorganizado por la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba.

En rigor, explicó que el gobierno de Santa Fe a través de su Ministerio de Producción le brindaron a Casem los recursos para la elaboración de la obra y por eso la guía dice calidad de semilla santafesina “pero está desarrollada para ser utilizada en todo el país y con diferentes especies, si bien hace hincapié en la producción de semillas de trigo y soja”.

 

Fuente: https://www.lacapital.com.ar/edicion-impresa/la-semilla-germinando-nuevos-desafios-n2621547.html